La Camiseta Roja

– Un dibujo hipotéticamente precioso. Una ola que no romperá jamás. Un naufragio inadvertido, una noche colosal, aunque en verdad era de día.
– Y por supuesto, la inexplicable camiseta roja.
– Eso fue idea del niño
– Le daremos su porcentaje cuando sea mayor
– Sabe usted que la madurez implica cansancio, frustración y algo de dinero
– Y poder fumar
– Y poder fumar, por supuesto
– ¿Cuántos millones de personas hacen falta, según proporción, para que nazca alguien que luego sea considerado un santo?
– Los suficientes para arruinar las cosas.
– El sufrimiento es inapelable
– No sé qué quiso decir usted con eso, pero a juzgar por su aspecto, debe de tener razón.
– ¿Sólo por estar vestido de blanco?
– Y la barba
– Sabía que ese detalle lo terminaría de convencer
– Señor, me duele…
– Lo sé. A mí también.